lunes, 2 de noviembre de 2009


La Traición y la Fidelidad en la Enseñanza

La Maestra Litelantes nos decía que lo intolerable era la traición, que a los traidores no se les quiere ni allá arriba, ni aquí en medio, ni allá abajo. Aclaramos que la traición es intolerable, y los pecados contra el Espíritu Santo son imperdonables (siempre se pagan con sufrimiento), sin embargo, atendamos a las palabras del Maestro en “El Misterio del Áureo Florecer”, donde habla de la traición de aquellos que —según esto— no pecan contra el Espíritu Santo:
“Quienes traicionan al Gurú o Maestro, aunque practiquen Tantrismo blanco (sin eyaculación seminal), es obvio que pondrán en actividad al órgano de todas las maldades...
Aunque se trabaje muy seriamente con el sexo-yoga, la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes jamás subiría por la espina dorsal de los traidores, asesinos, adúlteros, violadores y perversos. Devi Kundalini nunca se convertiría en cómplice del delito; el fuego sagrado asciende de acuerdo con los méritos del corazón.”
Curiosamente, quienes más traicionaron a nuestros Gurús fueron los adúlteros, después los perversos que explotaban a los estudiantes, o bien, los perversos que de plano se entregaron a la mala voluntad, es decir, los traidores que buscaban el mínimo pretexto para su traición. Normalmente se daban todos estos defectos entremezclados o se escalonaban por lo común en el orden mencionado.
Muy cierto y de toda verdad es que los adúlteros traicionan a su pareja, que es el comienzo para traicionar todo lo demás. Como dice el Maestro Samael en “El Parsifal Develado”:
“El ego es mistificado, corrompido, viciado, falso; goza justificando el adulterio, sublimándolo, dándole tintes inefables, sutiles, se da el lujo de encubrirlo, ocultarlo de sí mismo y de los demás; decorarlo, adornarlo, con normas legítimas y cartas de divorcio; legalizarlo con nuevas ceremonias nupciales.
Aquel que codicia mujer ajena es de hecho adúltero aún cuando jamás copule con ella; en verdad os digo que el adulterio en los trasfondos subconscientes de las gentes más castas, suele tener múltiples faces.
El arcano A. Z. F. sólo se debe practicar entre esposo y esposa en hogares legítimamente constituidos. Aquellos que practican el arcano A. Z. F. con otras mujeres, cometen el grave delito de adulterio. Ningún adúltero logrará jamás el despertar del Kundalini y de los poderes táttvicos. Esto se aplica también a las mujeres: ninguna mujer adúltera logrará jamás el despertar del Kundalini y los poderes táttvicos. El iniciado o iniciada gnóstica que adultere pierde sus poderes.”
También dice lo siguiente: “Uno no podría darle divorcio a una mujer que no le está haciendo ningún mal a uno, si la mujer no le es infiel a un hombre, ¿por qué el hombre le va a pedir carta de divorcio? O viceversa, si el hombre no le está siendo infiel a la mujer, es decir, no está adulterando, ¿por qué viene ella a pedirle carta de divorcio? Sólo por motivo de fornicación o adulterio es lícito, es per­misible” (Cátedra “La Creación del Sol Psicológico Íntimo”).
Desde los tiempos del Maestro y podemos decir que de tiempo inmemorial, quienes querían hacer lo que les venía en gana siempre encontraban pretexto —normalmente la llamada “recurrencia” o mujer que se supone fue esposa en otras vidas y viceversa— para quedarse con las mujeres de otros (muchas veces de sus amigos o sus subordinados dentro de la Institución), o bien, para dejar a su mujer por una joven, dizque con el fin de “trabajar” en la Gran Obra.
Era de llamar la atención que la Maestra no se metía en la vida personal de estas gentes, incluso con aquellos que tenían algún rango dentro de la Institución, así que muchos tuvieron varios matrimonios y la Maestra no les dijo nada, los conservaba en sus puestos e incluso los elevaba a otros puestos superiores.
Sin embargo, con el tiempo casi todos ellos traicionaron, porque ¿será fiel a la Institución quien no es fiel en su casa, quien le ha quitado la mujer a otro, o quien estando en la enseñanza se ha divorciado sin un motivo justificado? (véase la Epístola de San Pablo a Timoteo, donde dice: “marido de una sola mujer”).
También osaron decir que nosotros la “azuzábamos” en contra de ciertos personajes traidores... ¡como si la Maestra fuera un animal bravío!
No sé que tienen estos seudo-sapientes del gnosticismo que utilizan argumentos tan burdos e infantiles con el fin de auto-justificar la traición, y lo más grave es que existen quienes creen estos argumentos falaces.
Es más, hay quienes apoyan a los que la traicionaron y todavía tienen su foto, y dizque reverencian al “Maestro” Litelantes —forma eufemística de decir que Arnolda no es Maestra, pero su Padre sí—, en verdad que es el colmo de la hipocresía.
Decía el Maestro Samael:
“En realidad de verdad, el Adepto está más allá de los santos. Cuando alguien dijo: «los santos Maestros», ese alguien estaba equivoca­do, porque los Maestros están más allá de los santos. Primero está el profano, luego el Santo y después el Maestro. El Maestro está más allá de la esfera de los santos; en el Maestro está la sapiencia. Mas es posible juzgar equivocadamente a los Maestros, a los Adeptos.
Tenemos siempre la tendencia a proyectar, hasta sobre los Adeptos, nuestros propios defectos, nuestro yo psicoló­gico. Así juzgamos equivocadamente a los Adeptos, sobre ellos también lanzamos nuestros juicios equivocados. Porque si no es posible juzgar rectamente los actos del prójimo común y corriente, mucho menos es posible juzgar los actos de los Adeptos en forma correcta. Normalmente, tenemos la tendencia a tirar lodo contra los Adeptos. Así como tiramos lodo contra nuestro prójimo, también tiramos lodo contra los Adeptos de la Blanca Hermandad. Por eso, éstos han sido crucificados, envenenados, metidos en prisión, apuñalados, perseguidos... Es muy difícil juzgar a un Adepto. Así que los invito esta noche a la reflexión, a no dejarse llevar jamás de las apariencias, porque las apariencias engañan, a no endilgar nuestros defectos a nadie.” (Cátedra “El Juicio Hacia los Demás”).
Los facinerosos del gnosticismo —normalmente fanáticos y santurrones, fariseos irredentos— decían que la Maestra estaba caída y no sé cuántas infamias más.
Siguen vivas las palabras del Maestro Samael, dichas en “Conciencia Cristo”, obra de 1952:
“Las peores maldades que yo he conocido en la vida, las he visto en las escuelas espirtualistas. Parece increíble, pero entre el óleo de la mirra y el incienso de la paz, también se esconde el delito. Los devotos esconden sus delitos entre el sigilo de sus templos. Los profanos tienen el mérito de no esconder el delito. Los devotos sonríen llenos de fraternidad y clavan el puñal de la traición en la espalda de su hermano”.
…La Jefita afirmó que el Abuelo, como en verdad tenía al Cristo en su corazón, les dio la oportunidad a quienes lo habían traicionado a lo largo de la historia para que en esta encarnación o retorno se enmendaran y pagaran su karma por dicho motivo… Y sin embargo, desaprovecharon su oportunidad.
Concluyó sus observaciones diciendo que (como evidentemente ella sí recordaba las encarnaciones de todos): Por eso hablo lo que quiero, con quien yo quiero y hasta donde quiero.
La realidad es muy notoria: Nuestra vida infernal —interna y externa— es manifiesta, solamente siendo muy tercos no queremos darnos cuenta. De tales “discípulos” del Maestro, raramente quedó alguno que sirviera a nuestra Maestra; por el contrario, con gran ostentación la traicionaron, le dieron la espalda a la viuda del Señor Samael Sabaoth.
Sólo un misionero de aquellos tiempos siguió y sigue sirviendo a nuestra Señora Litelantes, por cierto que fue discípulo del otro Señor de la Ley (V.M. R*), cuando todavía estaba bien, es decir, antes de que su bodhisattva también le diera la espalda a la Maestra. Sin embargo nuestro amigo siguió fielmente a la V. M. Litelantes (y a su hijo, hasta donde él quiso, antes que éste se desviara).
Tal misionero es nuestro amigo Gabriel Ignacio Muñoz Muñoz, Embajador Internacional de esta Sede Mundial de las Instituciones Gnósticas.
En efecto, es el único de los misioneros que quedó de tantas generaciones que salieron graduados del SSS de Sta. Marta, que siguió siendo fiel a la Maestra cuando nuestro Avatara fue glorificado por la muerte, y muchos en Sudamérica le dieron la espalda a Dondita, sin embargo Gabriel vino hasta México para servir directamente a la Maestra, con fervor como hasta la fecha.
Lo lamentable de todo esto —un misionero de cientos o miles— es que se comprueba hasta la saciedad que esta humanidad no entiende y lo más grave es que —por añadidura— aquí y ahora, siguen traicionándola
aquellos que debiendo dar honra a su nombre, maldicen o permiten la maledicencia contra nuestra bendita Gurú Litelantes, Altura Cimera…
Y también la traicionan y ofenden su memoria, quienes usan la enseñanza para hacer negocio y vivir de la ingenuidad o candidez de algunos estudiantes, o como dice el Maestro, en Apuntes Secretos de un Gurú, quienes sólo miran "el portamonedas" de los estudiantes.
La Venerable Maestra Litelantes implantó como norma, sistema y orden estricta, que no se pidan diezmos ni cuotas a los estudiantes ―en esta Sede Mundial de México las colaboraciones son estrictamente voluntarias― y además, el misionero tiene que llevar una vida normal y trabajar para mantenerse, no debe vivir a costa de los estudiantes.
También implantó como norma y lo ratificó en múltiples foros, que la enseñanza debe darse con amor y buena voluntad ―tal como lo hizo su esposo-sacerdote, el Venerable Maestro Samael Aun Weor, nuestro Fundador, Luz y Guía― no con regaño o falta de respeto, con atoramiento o soberbia, sino con verdadero ánimo de servir a la humanidad y no servirse de ella.
Asimismo, para la Sede Mundial de México, la verdadera Sede mundial de las Instituciones Gnósticas, bajo la Suprema dirección de nuestros Maestros ―a quienes servimos con alegría―, las mujeres deben respetarse así como la institución del matrimonio, pues el gran arcano sólo debe practicarse entre esposos, en hogares legítimamente constituidos, además, se repudia la práctica de las vestales, que quedó abolida desde el advenimiento del Cristo Jesús, según tantas veces lo declaró el Maestro Samael y su viuda la V. M. Litelantes, lo ratificó sistemáticamente.
Así nos dice el Maestro en su obra Misterios Mayores:
"Hay muchos hermanos en la senda que usan la magia sexual como pretexto para seducir a muchas ingenuas devotas del sendero; así es como estos adúlteros místicos se alejan del altar de la iniciación y caen en el abismo.
La magia sexual sólo puede practicarse entre esposo y esposa en hogares legítimamente constituidos.
Hay hermanitos que se roban la mujer ajena dizque porque la ley del karma así lo dispuso. Todos estos delitos han llevado al abismo a millares de estudiantes espiritualistas."
Nuestro amado Gurú, también nos dice en la misma obra:
"El que se mete a desarrollar poderes y no se santifica se convierte en demonio; el que quiere convertir a la gnosis en negocio se convierte en demonio."
"…Estas gentes se presentan como desinteresados apóstoles, explotan el nombre de Cristo con malas intenciones y consiguen bienes raíces con el pretexto de fundar algo que llaman ashramas. Los secuaces de esos bribones son hasta sinceros equivocados, pero, desgraciadamente, cometen el delito de traicionar al jefe de las almas, cambian al Cristo por un impostor y este es un delito de alta traición.…
Multitudes de organizaciones están llenas de intelectualismo espiritualista. Todas esas pobres gentes fornican y están llenas de orgullo, fanatismo y miedo.
Todas esas gentes explotan al Cristo. Unos siguen al buen ladrón y otros al mal ladrón. Todos se quedaron adorando a la persona de Jesús pero rechazaron su doctrina, la doctrina secreta del Yo Soy.
Nos da dolor decir esto, pero es la verdad. Es tan malo hablar cuando se debe callar como callar cuando se debe hablar. Hay silencios delictuosos, hay palabras infames…"
Todo aquel que traicione estos postulados o principios de nuestro Avatara y de su maravillosa esposa-sacerdotisa, la Virgen del Tribunal, sin lugar a dudas traiciona a los propios Maestros, adultera y traiciona la Enseñanza que nos dieron y los principios en que está sustentada, así se tenga la sangre o herencia física y hasta espiritual del propio Maestro Moria, Kout Humí, Zoroastro, Jesús, Samael o Litelantes, o bien, simplemente se tenga la rústica herencia de un campesino de la sierra, y así se trate de un Dios consciente y encarnado —¿acaso tirar la piedra al agua no es en sí, un gravísimo acto de traición?— o de un simple principiante en este camino esotérico. Según nuestros Maestros todos los días estamos en ceros, grandes, medianos y más chicos.
Está escrito:
"Mientras todavía hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, buscando hablar con Él.
Y alguien le dijo: —Mira, tu madre y tus hermanos están afuera, buscando hablar contigo.
Pero Jesús respondió al que hablaba con Él y dijo: —¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?
Entonces extendió su mano hacia sus discípulos y dijo: —¡He aquí mi madre y mis hermanos!
Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre." (Mateo 12:46-50)
Como puede verse, desde los tiempos bíblicos esto no es monarquía, esto es una teocracia espiritual, no somos idólatras de amos, no seguimos a ningún monarca caprichoso, ni somos secuaces de jerarcas torcidos, ni nos interesan los portamonedas, inmuebles o dineros de los estudiantes.
Vivimos de nuestro trabajo y nuestro esfuerzo, dando la enseñanza con cariño, tal como la entregaron nuestros amados Maestros Litelantes y Samael Aun Weor, sin explotar al prójimo ni abusar de preeminencias.
He aquí la verdadera traición: el desacato a la Enseñanza, hacer de la gnosis un negocio, hacer lo contrario de lo que dijo la Maestra, ofender su nombre y su memoria, o bien, ser complacientes con tales delitos.
Siempre el bendito dinero mete la disensión, por ello nuestros Maestros y Fundadores siempre excluían, real y verdaderamente, las finanzas del Gnosticismo Universal. Bastante percudidos estamos ya para seguirnos ensuciando al hacer de la gnosis un negocio.
Por ello, siguiendo los consejos y precisas instrucciones de nuestra amada Gurú Litelantes, establecimos como regla oficial no pedir ni exigir diezmos ni cuotas en todas las instituciones afiliadas a esta Sede Mundial de México.
Así, de entrada, nos sacudimos a los mercaderes de la enseñanza, pues ninguno de ellos se interesa en participar donde no hay prebendas ni privilegios económicos y el misionero tiene que trabajar para sostenerse.
Siguiendo las benditas instrucciones de nuestra Señora Litelantes, quien a su vez no se manda sola ―como solía decirnos―, primero nos dedicamos con alegría al sendero tranquilo del hogar doméstico, centro de nuestro esfuerzo, y ahora tuvimos que retomar los bastiones, no sin profunda pena y dolor, porque nosotros fundamos al lado de Dondita la Institución heredada (IGA), ahora en ruinas, porque si hay mal ejemplo en la cabeza no tardan en enfermarse los pies.
En verdad hemos recuperado la Sede Mundial de México para la Maestra, pues no se puede ofender impunemente el nombre de los Señores que nos dieron luz y vida en este conocimiento.
Los Maestros del Gran Templo donde oficia nuestra Señora Litelantes, siempre ponen un límite.
Lo primero que se pide en el Padre nuestro es "santificado sea tu nombre".
Cuando los extremos llegan a mancillar sistemáticamente por más de tres años el Sagrado Nombre de nuestra amada Maestra, con la complacencia de quien debe honrarlo ―y a quien le debe el cargo―, todo por unas cuantas monedas de plata y persistentes adulaciones, en forma decidida entran en operación los Principios, Príncipes y Principados. Nada escapa de la mano del Señor.
No acertamos a comprender todavía, cómo es posible tal contrasentido: Que algunos estudiantes ―y jerarcas― puedan siquiera pensar mal de la esposa-sacerdotisa del Avatara de Acuario, a quien dicen venerar, y sin embargo desdicen de su esposa, nada menos que la cónyuge de quien nos regaló El Matrimonio Perfecto y nos enseñó El Sendero del Hogar Doméstico. Que Dios les pague según sus obras, decía San Pablo.
Sin embargo, las gentes viendo no ven y oyendo no oyen, como nos decía Dondita, recordando el Evangelio… De cualquier forma: ¡Ya estamos todos notificados!
Por nuestra parte, persistimos en venerar a la Virgen del Tribunal, así como a los demás Maestros de la Blanca Hermandad, empezando por el Divino Rabí de Galilea.
Pasada la tormenta inicial descrita en esta página web, ahora nos dedicamos más bien a venerar a los Tres Maestros a los que está dedicada nuestra Institución, sin competir con las demás instituciones ―a las que respetamos― porque sabemos que los Tres Grandes Maestros acercarán a nuestra Institución a quienes ellos decidan.
Escrito está: "Cuando dos o más se reúnan en mi nombre, ahí estaré con vosotros." A eso precisamente nos atenemos.
Siempre habrá de nuestra parte buena voluntad con los grupos que nunca detractaron a nuestra bendita Gurú Litelantes, en vida o ahora, glorificada por la muerte, y para quienes agoten su baba difamatoria contra Ella ―como solía decir su esposo-sacerdote, nuestro fundador, el Venerable Maestro Samael Aun Weor― sencillamente sentimos la más profunda de las indiferencias.
Por tanto, con agrado tendremos trato con gente educada, por más sencilla que sea ―mejor sencilla― pues la educación es de la familia, de la escuela de la vida, y no necesariamente de la ilustración universitaria, siempre y cuando haya demostrado esa clase de educación, al expresarse debidamente de una Señora honorable y venerable, la esposa de quien nos abrió las puertas del conocimiento crístico.
Con fundamento afirmamos que si no hubiéramos obedecido las instrucciones de la Maestra Litelantes, no fuéramos conscientes en este momento de la cruda realidad de los hechos, y del nuevo giro que están dando los Señores a las características del Movimiento Gnóstico…
Con el paso del tiempo esta enseñanza se volverá hermética ―según predijeron ambos Maestros― y, lamentablemente, estamos viendo en nuestros opugnadores a las personas cuyos actos y sus consecuencias llevarán otra vez a las catacumbas este conocimiento superior.
Por eso no nos molestamos y sinceramente no les tenemos mala voluntad, cumplen su labor en esta edad negra, y la ley tiene que cumplirse.
Más bien, dignos de compasión son en verdad nuestros opugnadores, pues se han apartado de los caminos de Jehová de los Ejércitos, del que es Gran Profeta nuestro Señor Samael, y ensucian el Nombre del profeta al ofender el Nombre de su esposa-sacerdotisa, quien debe respetarse por elemental educación, no digamos por juramento ante el ara.
Insistimos, nosotros en vez de ofender o tolerar la ofensa del Divino Nombre de nuestra Señora Litelantes ―que a este paso hubiera quedado en el olvido― decidimos dedicarle una Iglesia, y sistemáticamente bendecimos y santificamos su Sagrado Nombre… ¡Alabado sea!
Todo aquel que con pretexto de la enseñanza se enseñoree de los demás, será sujeto a señorío, el que explote a los demás será explotado, el que engañe a los demás será engañado, el que adultere y mixtifique el adulterio, resentirá el adulterio, sea en esta encarnación o en la siguiente, pues está escrito quien a hierro mata a hierro muere y con la vara que midas serás medido.
Así que armados con el valor que los Maestros dan a la justicia de nuestra causa, seguiremos nuestra encomienda que nos han dado, que no siempre resulta agradable, pues siempre se afectan intereses cuando uno es desinteresado.
Lo que podemos decir es que todo aquel que respete y venere a nuestra bendita Gurú Litelantes, por ese sólo hecho tiene nuestra simpatía y lo consideramos nuestro hermano en el Señor.

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